viernes, febrero 24, 2023

PERROS DE IZQUIERDA, PERROS DE DERECHA / BASURITA




No concibo que se puedan romper amistades y lazos familiares por discrepancias políticas. Me ha pasado, me han bloqueado no sin antes tratarme de mal amigo. Yo aprendí a callarme la boca, no hablar de más. Igual estoy manchado de rojo y me han tildado de comunista. Me han rechazado últimamente de empleos, como también algunos buenos lectores se han excusado de comprar mis libros por tratarse de un personaje que trabajó para la corrupción.

Es verdad que la vida me ha puesto en situaciones especiales. He visto lo que he querido ver y el periodismo me ha llevado por lugares maravillosos, pero también terroríficos. No me quejo. Elegí esto mientras mi promoción de Contabilidad de la Universidad Ricardo Palma se graduaba, yo comenzaba una carrera desde cero. Entonces miro atrás y vivía frustrado porque el tiempo no pasaba tan rápido como quería. Porque mientras mi promo de Contabilidad ya trabajaba en grandes empresas, yo tenía que pasar mate uno. Cuando yo ingresé a la Richi el más viejo era Tomás. Cuando ingresé a la San Martín me sentí yo Tomás. Sin embargo, en cuarto semestre me llamaron para postular al tercio estudiantil de la universidad y mi vida cambió, porque como representante pude llegar a la asociación nacional de estudiantes, donde llegué a ser parte del consejo directivo, y luego escalar a la federación latinoamericana de estudiantes de comunicación social, donde llegué a ser miembro de honor. En esa etapa descubrí que mi estatus me permitía algunas oportunidades como hacer representación en diversos lugares del Perú y el continente. Siempre buscando la unidad, el bien común, el bienestar social de los estudiantes. Viajé desde Chile hasta México, Panamá y Cuba. Pasé por Venezuela y Hugo Chávez era la sensación. Entonces aplaudía al chavista revolucionario y en La Habana me dijeron que, así como yo, que estaba en octavo semestre de la universidad, Fidel Castro también dejó la universidad y armó su carrera política. Yo pensé que iba a pasarme lo mismo, pero apenas me gradué me volví un huevón más, y la revolución ya no era un motivo para vivir porque había que buscar trabajo como cualquiera.



En ese devenir fui investigador, docente universitario, redactor periodístico y luego editor. Trabajos de pago mediocre donde no pude adquirir ningún bien. Hasta el día de hoy no tengo más que el poder de mi palabra. Lo cual en realidad no sirve de nada cuando te enfrentas al corte de luz de la casa de tus papás. Y tienes que pagarle al abogado por las cosas que publiqué incidiendo en el delito de perjurio y calumnia.

Así cumplí cuarenta años, enclaustrado en la habitación de mi adolescencia. El único compañero de vida era Vato, mi perrito pug que duró 17 años. Murió días antes de navidad de este año. Ya no veía, no olía y se cagaba en cualquier parte de la casa. La noche anterior de su muerte no se quiso salir de mi pecho, quería que lo abrace y eso lo tranquilizaba, entonces dormía. Pero en la madrugada me habló al oído y me pidió que lo sacrifique. Apenas amaneció, llamé al veterinario para programar el sacrificio y dejé al Vato echado en mi cama. Tenía que ir a conducir mi programa al canal y durante el trayecto lloré todo lo que pude. Necesitaba sacarme el llanto y poner la mejor cara frente a cámaras. Hacía dos semanas que me había pasado algo similar con el asesinato de mi tía abuela. Cada segundo se me venía su recuerdo y la fatalidad de su muerte. Y estallaba en lloriqueos. Pero hice el programa igual, porque más que periodista y escritor, soy actor.



Apenas murió el Vato sentí una descarga, porque ya podía ir a la playa a la casa de mi hermano. Allá en Cerro Azul donde los delfines juegan con los niños y la gringa, mi nueva mejor amiga de vida que reemplaza al Vato, me acompaña en el mar. Con mi mamá teníamos que caminar dos kilómetros y estábamos frente a los delfines.

Al volver, los perros de mi hermano, unos pitbulls cañetanos, uno castrado y la otra esterilizada, nos reciben con abundancia emoción, pareciera que no han visto gente en mucho tiempo, viven solos, solo ven al guardián que entra a darles comida y se va. Luego otro día recoge las cacas y se va. Los perros no saben que afuera nomás está el mar. Que hay amigos caninos, algunos grandes otros chicos, pero todos con sueño, caído, aburridos del sol. Así son todos los perros de Cerro Azul, duermen todo el día, solo se paran para reacomodarse en otro lado porque el sol le está cayendo. Mi perrita la gringa come en restaurante pet friendly. Toma de mi vaso, mi hueso lo come ella. Y duerme entre mis piernas. De regreso de la playa la bañé con manguera y se secó con el sol. Recuerdo que la primera vez que llegaron los pitbulls cañetanos de mi hermano, los bañe, pero al acercarme a ver bien qué eran esos puntitos que parecían pepitas de anís, eran cientos y cientos de pulgas. Pude sacar algunas, pero no volví a bañarlos, además que crecieron y se volvieron agresivos. Más que agresivos, torpes y efusivos. Cariñosos y engreídos, pero cuando se ponían en posición de ataque, atacaban.

Así hay que andar por ahí porque el barrio es picante. Adentro mi hermano guarda un arsenal. Decenas de objetos contundentes de vidrio: botellas de Corona de la temporada anterior que las guarda para lanzarlas al enemigo. El día que lleguen, les daremos a botellazos.



Estábamos celebrando el santo de mi hermano y llegó la familia para comer chancho al cilindro. Para llegar había que llegar en camioneta, sino no se llega. Pero llegaron de varios sitios. Llegó mi madrina que luego la comenzaron a joder por su forma de pensar. Cualquier tema político, mientras pasaba el día entre brindis y rondas de piqueos de carne de cerdo, se volvía un ataque unánime a mi madrina que pasó a ser la tía terruca. A mí ya no me dicen nada porque pareciera que han tirado la toalla conmigo, no hay forma que me puedan convencer de nada. Para mis familiares más cercanos, luego de ser un artista soy un comunista. Ya no tengo opción a quitarme la boina del che Guevara para ellos, así me voy a ir de aquí. Como debe ser, como buen Sandoval, pateando el tablero, mandando a la mierda. Como mandó a la mierda mi tío Andy en el entierro de mi tía abuela que asesinaron en diciembre. El cura se mandó con algo protocolar y mi tío lo mandó a la mierda frente a los asistentes. Le dijo que a él le pagaban por rezar, a su madre la habían masacrado, hay derecho? / / y creo que así somos todos porque mi papá como a la quinta botella de vino me pidió que maneje su carro y lo lleve a su casa. Pero precavido de años ya, no cuento con brevete porque perdí el encanto de manejar. Sobre todo, cuando manejas para otras personas. Por ahí uno de los amigos de mi hermano el Subsuk se ofreció a llevarlo porque como se ha entregado a la religión ya no toma, entonces estaba sano. Y mi papá se fue por la sexta botella, pero en algún momento se le movió la silla y se fue al suelo. Justo por el lado de la cadera que ya le falla y que le obliga a usar un bastón. Lo peor fue que al pararse se mareó más y le dio diablos azules, y comenzó a echarle la culpa a mi tía la terruca, aunque son compadres y se conoces hace más de cincuenta años, mi viejito perdió la noción de todo y se puso necio, y así tomó sus llaves, prendió su carro y se quitó poniendo primera acelerado, no sin antes recitar unas cuantas lisuras a todos y todas, echándoles la culpa de todo. Y se fue entre la oscuridad de la noche y la falta de postes en nuestro pueblo joven junto al mar.



En lo más intenso de la caja china, la tabla de carbón prendido quedó en el suelo. Mientras todos celebraban, brindaban y la música se oía a todo dar, la música criolla de radio la inolvidable, uno de los perros, la canela, pitbull cañetana mal nutrida y pulgosa, pero cariñosa, quiso pasar por encima de la lata con carbones y puso su patita encima. Y salió disparada gritando, aullando, conchasumadreando a todos. Se había quemado feo la perra, pero bueno la fiesta tenía que continuar así que le amarraron un hielo y luego se la paseó cojeando por semanas. Mi hermano también cojea de un pie y se recrudece su cojera cuando maneja hasta cerro azul. Cuando camina parece un barco en marea alta. Así no puede bajar a la playa de piedras que tenemos, ahí solo bajo yo con la gringa. Tengo mis zapatillas para ir a la playa. Cuando la playa se arena, se convierte en un paraíso. Arena blanca, olas agresivas, un chapuzón y regreso a tomar desayuno. La gringa duerme todo el día, pero me acompaña en nuestros paseos con mi mamá al pueblo. Volvemos en mototaxi, compramos huevos, pan, cosas que ya por la casa no se pueden encontrar.

Mi madrina se fue palteada, además de terruquearla la insultaron. Yo guardo mayor respeto a ella, piense como piense, ella me visitó en el hospital cuando estaba recitando solo en mi cuarto un poema que había escrito, y llegó ella a visitarme. No me preguntó por qué estaba ahí o por qué había intentado lo que había intentado hacer. Me escuchó nomás mi poema, no sentía vergüenza pero era porque estaba con una alta dosis de reguladores químicos. El origen de esas circunstancias tiene opiniones divididas, algunos en mi familia piensan que fue, es y será por drogas. Otro grupo menor piensa que es por una condición médica que involucra la depresión. Mi tía me llevó una milhoja y una gaseosa. Yo necesitaba cigarrillos ansiosamente, pero ya no le pedí más a mi madrina.

Antes de que se vaya mi tía, se despidió de la gringa y me preguntó: y esta perra, es de izquierda o es derecha?, es roja caviar, terruca o es BDA ?



Yo le dije tía, la gringa es una perra de izquierda, y la mejor muestra es que sale sola sin correa y sabe meterse al mar, y regresa solita. Los pitbulls cañetanos de mi hermano son DBA, porque no salen de la casa, no conocen el mar. No se les permite soñar. Es más, no han visto nunca a un delfín. Mi madrina se fue agradecida.



Hace poco me escribió un causa de la época de la Richi. Le decía 'basurita', aunque no recuerdo por qué, pero sí que era basurita, en diminutivo porque expresaba afecto. no era basura, no, era basurita. El apodo quedó perenne entre los amigos de esa época. Yo vivía muy frustrado en esa facultad, de contabilidad, porque no entendía nada. Y por eso pasado unos años no pude más y me terminé dando de baja. Mi compadre Basurita siguió la carrera, se graduó y trabajó en el ICPNA por varios años hasta que se ganó el sorteo de visas a EEUU. Y se fue a Ohio con su familia. Eso hace veinte años. Me comentaba Basurita que se había vuelto un ávido lector de literatura peruana, por lo que me compró varios libros, en realidad le saqué todos los libros que pude, incluso uno que ya le había dado a mi mamá, para una tía, jua se lo quité nomás, todo sea por la venta. Y se llevó casi todo mi catálogo. Y sacó una libretita, en el bar de Chacarilla donde nos reunimos, para apuntar todos los autores que pueda cantarle. Basurita era un tipo sumamente metódico, apuntó cada cosa que dije y me preguntó sobre política, le di mi apreciación con temor a ser rechazado, como ha ocurrido tanto últimamente que me he vuelto como un apestado. Pero basurita chévere. Un gran tipo, siempre lo ha sido. Lo recuerdo desde primer ciclo, buena punta. Él me hizo recordar que fuimos los primeros en llegar al centro de registro de cachimbos, y luego nos volvimos a encontrar el primer día de clases. Basurita, Chavito, Roberto, Maturana, Tomás, Chino, China, Karlita. Luego fueron llegando más y más. Y luego me fui. Frustrado por no aprobar los cursos de contabilidad.

Basurita es numismático, y no solo colecciona monedas, sino que se nutre de toda la literatura al respecto, en qué contexto se hizo esa moneda, en qué año, qué sucedía en ese año, los libros que refieren a esa moneda. Una minuciosidad impresionante mi amigo basurita. Mi gran amigo me puso 12 litros de cerveza, seis horas de charla, yo llevaba tres días de resaca continua porque no paraba de celebrar la nada. Pero me tomé una pastilla para el hígado y le paré macho a basurita. Todo de la puta madre, pero como a la media noche, me dijo serio, le cambio la cara. Oe, por qué me decías basurita??

Yo no supe que hacer, brindamos mucho más, nos cagamos de risa. Por qué habrá sido que mi cabeza idiota haya elegido bautizarlo, y a la vez maldecirlo, con un apodo tan repelente.

Los quince días que basurita se la pasa en Lima no hace más que beber y comer bien. Yo estoy agradecido de que me haya incluido en su agenda. Y que se haya llevado algunos libros míos.



Aún mantengo contacto con los chicos de la Richi. Una vez hace unos años me invitaron a una parrillada, cada uno llevaba lo suyo. Sano de mi parte, llevé mis alitas de pollo y unas mollejitas, mientras que el desfile de carnes era notorio, picaña, entraña, y bife. En cerveza sí todos por igual, aunque era notoria mi condición sedienta. Entonces comienzan los recuerdos de la primera fiesta a la que fuimos juntos, a la fiesta de cachimbos. Donde el tono acabó en bronca con un botellazo que le cayó a Maturana en la cabeza. Creo que hasta ahora lo tiene presente porque es el único que no me ha comprado libro, chesumadre. Luego la leyenda de las cochinonas, las federicas de la salsa. Tantos recuerdos que comienzan a removerme los sentimientos. Un barrunto en mi corazón.



Hace poco Tomás cumplió cincuenta años y le hicieron una fiesta sorpresa. Yo confirmé mi asistencia y terminé siendo yo la sorpresa. Porque al llegar a la primera persona que me encontré fue la hermana de la esposa de Tomás, con quien salí cuando era estudiante. Por el saludo poco cortez a lo lejos, era notorio que el recuerdo de mi persona era nefasto. Mientras pasaba la noche y los chilcanos circulaban fui recordando que además de mal amante, al tener yo diecinueve y ella veinticuatro, había sido mala persona al punto de que si lo que hice hace treinta años, lo hubiese hecho hoy, estaría ya mismo en las páginas de Facebook de MeeToo, de feministas y denuncias a agresores de mujeres. Eran otros tiempos, me justifiqué a mí mismo, pensando que podía tener clemencia. Pero me di cuenta que en la mesa donde estaba, a cada uno de mis amigos los había tratado mal, en algún momento los había insultado o los había humillado con mis chapas sin piedad.

La cuñada de Tomás, con quien yo salía de chibolo, tenía un esposo que por ratos pasaba por mi lado y rosaba su hombro como buscando bronca, pero no caí en la jugada. Me emborracho rápido, como todos los de mi promoción, Tomás ya es abuelo, el hijo de Roberto se fue a estudiar a Miami, la hija del chino a Madrid. Chavito tiene a su hijo en un buen colegio. Yo no tengo más que mis complejos y mis miedos, mis dependencias y mi soledad. Mi viejita que se va olvidando de los recuerdos más valiosos pero su creatividad sigue intacta, entonces te tira un cuento que te hipnotiza.

Mi primer cuento lo escribí un año después de salir de la Richi. Fue en una reunión de reencuentro del colegio. Apenas escribí la historia juré no volver a una reunión de reencuentro. Luego, cuando publiqué Barrunto y me entrevistaron en la televisión mucha gente me saludaba en los bares, pero ya estaba muy pasado de vueltas. Y el día lunes en la universidad me decían Juanjo te vi en un estado pero mal !!!!, entonces me dije, o me controlo y soy ecuánime, o dejo los bares y sigo mi locura en privado. Y dejé los bares. Ahora siento que los reencuentros con mis amistades del siglo pasado me dejan en evidencia mi carácter demencial. Donde hasta la persona más amigable le apodé basurita. Con cariño. (CUPIDO EN EL INFIERNO)

viernes, febrero 03, 2023

EN PERÚ EL DERECHO A LA PROPIEDAD VALE MÁS QUE EL DERECHO A LA VIDA


Aunque la constitución política del Perú salvaguarda el derecho a la vida como mandato supremo, es triste ver que en varios distritos del país, y en especial en el distrito exclusivo de San Borja, en Lima Perú, se llegue a pensar, e incluso imponer la idea que el derecho a la propiedad está por sobre el derecho a la vida. ¿Por qué se da esta incoherencia?
Lo que ha ocurrido en mi edificio, situado en la urbanización Chacarilla del Estanque, en San Borja, es algo que se tiene que compartir, porque le puede estar pasando a muchas personas en muchos distritos del país, donde cualquier persona se pueda topar con gente prepotente que piensa que el poder de su dinero los puede convertir en gente impune, en gente intocable y dada su economía próspera, en gente poderosa que puede hacer lo que le da la gana.
Como por ejemplo, reconstruir su inmueble. Todos tienen derecho a ejecutar cambios en su domicilio aún cuando los ruidos molestos, producto de la obra, puedan perturbar la tranquilidad de sus vecinos.
Según la Ley, y sobre todo la normativa municipal del distrito de San Borja, un propietario tiene el derecho supremo a realizar todo tipo de cambios, aún reventando paredes y generando torpedos sonoros incontrolables. 
Pero, qué pasa si al costado de la vivienda que se quiere rediseñar tenemos vecinos de la tercera edad, o personas vulnerables que pueden verse aturdidos en su tranquilidad cotidiana por los golpes de comba y las sierras eléctricas. 
Esto me ha ocurrido a mí, que vivo en un edificio que apenas tiene 8 años de construido. Un inmueble que cuenta con 11 departamentos, de los cuales 5 viviendas poseen adultos mayores que poco salen del domicilio. Por lo que son los destinados a 'comerse' el ruido perturbador.
Sin embargo, los propietarios del departamento que se va a rediseñar, aunque nunca han vivido ahí, han hecho notar su intención de vivir en dicho predio, no sin antes llenar de acabados de lujo su inmueble. Puesto que en todo momento han hablado de 'revalorizar' su predio. Por lo cual también exigen que muchos de los ambientes comunes deben contar con la más alta exigencia que permita mantener el edificio en su esplendor financiero. 
Así lo hizo saber la pareja de propietarios, prósperos esposos, la señora abogada y al parecer bastante conectada en las esferas de la burocracia más corrupta. Y su esposo, dueño de un negocio de exámenes clínicos, que fue ofrecido a los vecinos de forma gratuita a manera de resarcimiento por las molestias, si es que las hubiese, a los vecinos.
Obviamente, la altanería de este par de empresarios sin mayor empatía hacia sus vecinos, no pasó desapercibida, y los vecinos unimos firmas para hacer sentir el malestar por sus ánsias arquitectónicas de alta gama. Y las cartas a la oficina de fiscalización de la municipalidad de San Borja se dirigieron con firmeza. 
Pero la respuesta fue tenue, el gerente de fiscalización de ese entonces, puesto que la gestión municipal ha comenzado nuevamente este 2023, no hizo más que hacer un saludo a la bandera y responder por carta que la obra estaba en regla y los decibeles del ruido estaban dentro del rango, por lo que sugirió el talentoso burócrata edil que la junta de propietarios resuelvan sus problemas. Una lavada de manos, una untada de grasa bastante predicible por tratarse de la clase política de nuestro país que hoy nos representa.
Así pasaron tres cartas firmadas por los vecinos en su mayoría, pero el reclarmo pasó por alto el derecho que tienen las personas a la vida y su tranquilidad.
Hago manifiesto mi molestia por la actitud de gente que no guarda empatía con sus vecinos, pero sobre todo por la falta de solidaridad por parte de la institución municipal, el alcalde Marco Álvarez tiene una oportunidad histórica de poner orden frente a la arbitrariedad de unos vecinos que creen que porque tienen dinero y poder pueden hacer lo que les da la gana, cuando quieren y como quieren.
Ningún derecho a la propiedad puede estar por encima al derecho a la vida y la tranquilidad. 
Y sobre todo, no se puede buscar valorizar un inmueble a costa de la depreciación de la calidad de vida de sus vecinos.
Quien lo piense así, está destinado a vivir bajo la dictadura de la frivolidad, que aunque crean en la inmortalidad, no se llevarán a la tumba. 

Si tienes un problema parecido, o sabes de alguna situación en que el derecho a la propiedad se haya puesto por encima del derecho a la vida, puedes escribirme a barrunto@gmail.com, y veamos la forma de encaminar un verdadero cambio frente a la prepotente impunidad de los que se creen dueños de la tranquilidad de sus vecinos. 

sábado, enero 28, 2023

SE ANUNCIA 'BARRUNTO', LA PRIMERA OBRA DE TEATRO INSPIRADA EN ALIANZA LIMA




OBRA TEATRAL SOBRE ALIANZA LIMA SE ESTRENARÍA EN SEPTIEMBRE

Por primera vez en la historia se realizará una puesta en escena inspirada en el club blanquiazul. ‘Barrunto’ contará con el experimentado actor Jorge 'Coco' Gutiérrez como protagonista principal.

Lima, 27 de enero de 2023.- La productora nacional BUTACA Arte & Comunicación acaba de anunciar su próxima producción teatral, ‘Barrunto’, escrita y dirigida por Herbert Corimanya, que contará con la participación protagónica de Jorge 'Coco' Gutiérrez, obra teatral que se convertiría en la primera puesta en escena inspirada en el Club Alianza Lima.

'Barrunto' es la adaptación teatral del emblemático libro de Juan José Sandoval, publicado hace 23 años y que actualmente cuenta con 5 ediciones (2001, 2004, 2009, 2012, 2018), una versión fílmica (2004) dirigida por Mauricio Franco Tosso y una novela gráfica (2015), realizada por David Galliquio.

'Barrunto' cuenta la historia de dos hermanos hinchas de la blanquiazul, quienes acuden al estadio para ver el último clásico del fútbol peruano y durante la fiesta del fútbol ocurren hechos que marcan la vida de sus protagonistas.

"La historia de 'Barrunto' tiene muchas interpretaciones, por lo que podríamos definirla como una obra transmedia, y ahora que marcará un hito cultural con esta versión teatral, queremos consolidar la identidad del hincha de fútbol y los amantes del teatro", comenta Juan José Sandoval, autor de la historia original.

Cabe señalar que la obra de teatro 'Barrunto', cuenta con un elenco de talentosos actores peruanos, entre los que destacan Jorge 'Coco' Gutiérrez (conocido por su participación en la serie 'Los Choches'), Cecilia Monserrat, Fiorella Luna, Sandro Calderón, entre otros reconocidos actores nacionales que darán vida a una propuesta llena de salsa, barrio, futbol y tragedia.

"Este proyecto teatral se estaba realizando en octubre de 2019, cuando escribí la primera versión del texto y se mostró al público una propuesta escénica del cuento, en el Centro Cultural España. Luego vino la pandemia e hizo que se mantenga en pausa, pero sirvió para seguir trabajando la versión hasta la actualidad que ha empezado a fortalecerse gracias a un grupo humano comprometido con la pasión que genera el arte como el fútbol y en especial con la historia que rodea a Alianza Lima", explica el dramaturgo Herbert Corimanya, quien dirige la nueva versión de 'Barrunto'.

La productora BUTACA Arte & Comunicación viene trabajando en el estreno de 'Barrunto', para el mes de septiembre en una emblemática sala teatral, en el Centro histórico de Lima, y no se descarta llevarlo a diversas ciudades del país.

‘Barrunto’ es una producción autogestionaria, por lo que BUTACA Arte & Comunicación viene realizando una convocatoria a empresas que deseen sumarse al proyecto, y a la vez reconoce el interés de diversas marcas y allegados al club íntimo por apoyar este emprendimiento artístico, como la marca de vehículos eléctricos Green Line, la cebichería Mi Barrunto, la agencia Umbrella Comunicaciones, el director de arte Jahmu Montoya, Auditaxes Perú, UHY BSA, Safe Pappers SAC, Lima Loop Lab y la academia de fútbol Tiro Libre de Marquinho.

Para contactar con la producción de ‘Barrunto’, pueden visitar el siguiente link:

https://www.facebook.com/Butaca.AyC

Fotos: Ysamar Espino.

jueves, enero 05, 2023

ANGEL DE MUERTE



Mi causa Ángel volvió de Europa expectorado. Esta vez no fue la migra quien lo sacó de Suiza. Sino su propio demonio. Esta vez no tuvo que salir deportado como de Estados Unidos. Salió por su propia voluntad porque su viejita se le estaba muriendo en Lima. Lugar adonde no podía estar porque lo podían matar en cualquier momento cualquiera de las personas a las que había estafado. O que la droga lo pierda entre los edificios de ciudad Satélite. Seattle, para los barrunto. 
Dejó familia y nada más. Porque trabajo allá no había. No sabía el idioma y la gente era demasiado tranquila para su alma incendiaria. Estaba aburrido y volvió al departamento de su viejita, que al final se puso bien de salud a pesar de la edad. El hermano mayor de Ángel es fiscal, por lo que su regreso no le pareció para nada gracioso. De llegada le advirtió que se porte bien, que no haga cagadas frente a la vieja. Pero Ángel amaba tanto a su madre como al Deportivo Municipal y desde su regreso se había convertido en un mítico barra brava de la banda del basurero. Adonde jugaba el Muni, Ángel estaba presente, sin polo mostrando la veintena de tatuajes. Parecía un mara salvatrucha entre los centenares de hinchas que lo veían como una leyenda viva del asfalto. Un sobreviviente de batallas que forman parte de la historia del club y sus épicas salvadas de baja.
Cuando Ángel se fue la primera vez a los Estados Unidos dejó a su primer hijo, producto de un romance con una compañera de clases que hasta el día de hoy maldice el día que los presenté. Así se cimentan los lazos familiares, el arraigo emotivo que perdura. Solo se odia lo querido, canta el vals. 
Como era previsible, Ángel disfruta cada segundo de su patria, camina sin polo, saluda por aquí y por allá. Es una leyenda. Se sabe todas las canciones de las barras del fútbol argentino. Lo suyo es la esquina, estar parado sospechosamente, cagándose de risa. Comiendo cebiche con sus chelas. Y su famoso silbido que es el que le da melodía a la tribuna cuando sale el Muni.
Como su viejita se puso bien, y allá en Suiza nadie lo aclamaba, a pesar de tener dos hijos pequeños, se acomodó bien en su patria, donde se había ausentado por dos décadas. Entonces fueron momentos de buena relación. Pero las hermanas de Ángel que vivían en Estados Unidos, vieron una buena idea llevarla a la mamá para estar con ellas por navidad. Para lo cual mandaron a una de las sobrinas para que acompañe a la señora, que aunque bien de salud, sus 95 años generaban preocupación para movilizarla, sobre todo si era un vuelo con escala en Centroamérica. Y la pandemia que subía y bajaba los permisos para ingresar a algunos países, la señora no logró entrar a los Estados Unidos y tuvo que volver a Lima luego de 16 horas de estar a la interperie aeronáutica. Obviamente, a su hermano el fiscal no le gustó para la nada la iniciativa de las hermanas. Pero la señora quería verlas, y aunque volvió trapo de ese viaje frustrado, no descartó las ganas de ir a verlas nuevamente. Esta vez sí llego, dijo desafiante y sonriente. La postura del fiscal era distinta y hasta radical. Amenazó a su vieja con no dejarla salir. Y si sus hermanas eran capaces de volver a comprarle el pasaje, ardería Troya. 
Las hermanas pasaron por alto la preocupación del fiscal. Y compraron el pasaje a Estados Unidos y volvieron a mandar a la sobrina por la abuela. Ángel andaba de viaje acompañando al equipo pero validaba la voluntad de su mamá y sus hermanas. No le dijeron nada al fiscal para que no cometa la locura de secuestrar a su propia madre. Y se fue a los Estados Unidos. Pero apenas llegó el corazón le falló y murió. Lo cual ha generado una fractura familiar donde Ángel en el medio del problema y ocupando el departamento donde su madre pasó sus últimos años. El fiscal usa todo su poder legal para sacarlo del lugar, y Ángel usa todo su poder ilgeal para desafiarlo. Entonces el departamente siempre está ocupado por los líderes de la barra brava y han utilizado el espacio para ensayar sus cánticos tribuneros. 
A Ángel lo conozco desde el primer ciclo de la universidad, apenas comenzaron las clases su papá se murió en un accidente en un barco en Chimbote, y tuvo que ir a reconocer el cadáver. Perdió el ciclo pero lo becaron y no pagó más la universidad, aunque nunca le interesó mucho. Más estaba cómodo en el parque fumando, en la calle carburando alguna pendejada. Ahí era habilidoso. Lo sigue siendo. 
Nos fuimos alejando cuando dejó de estudiar. Pero siempre me llamaba desde Estados Unidos cuando estaba en tragos. Me contaba que era durísimo vivir allá, sobre todo por los exámenes de toxicología, que debía pasar cada mes. 

Una vez creí ver a Ángel. Fue en Pereira, había ido buscando el amor de mi vida. Una cibernovia que tenía por años. Y cuando se dio la oportunidad de conocerla todo se diluyó apenas nos vimos. Apenas salía de Lima hacia Colombia, mi hermano me dijo que había una novela muy famosa que se llamaba sin tetas no hay paraíso y que hablaban de las mujeres pereiranas. Le dicen 'Perreyra'. Yo igual seguía firme en mis ganas que encontrar el amor en mi bella pereirana. Pero en Bogotá apenas llegado, un gran amigo que me dio cobijo me dijo: te vas a ver a una perra pereirana, hermano ! Mientras movía la cabeza desaprobando mi actitud. 
Un vuelo de Lima a Quito, luego a Bogotá y luego de cuatro días seguidos de juerga tomé un bus hacia Pereira. Ella no me esperó a mi llegada pero me dio la dirección de un buen hostal. Al día siguiente fue y con miedo me confesó que tenía novio y que le daba mucha pena por mí. Entonces la boté de la habitación y nunca consumamos nada. Sin embargo, sigue siendo mi cibernovia. Su primer cibernovio fue por carta. Era un presidiario con quien mantenía una relación epistolar. Ella tenía trece años, pero cuando cumplió diecicho lo fue a conocer. No fue a la cárcel, fue en Estados Unidos, adonde él había huído apenas terminó su condena por narcotráfico. No quería saber nada de ella, pero ella como buena perra pereirana enamorada, lo siguió. Él pensó que se trataba de la DEA. Ella le entregó una caja con todas sus cartas. Pero no lo conmovió. La perra pereirana quedó desilusionada con su presidiario. Por lo que se metió a eso que llamaban internet y por messenger nos conocimos. 
Mi pasaje estaba para un mes, y como el hostal quedaba a unos pasos del bar el pavo, hice vida de escritor. Me lo merecía porque había estado el año pasado internado en rehabilitación por drogas. Entraba al bar, tomaba unos aguardienticos, y luego salía a la bodega del frente a comprarme unas latas de cerveza.
La tienda atendía como si fuera un quiosco de colegio, todos estiraban la mano con billetes de mil pesos y exigían angustiados cerveza o una botella de antioqueño. Entonces un pata se acerca a pedir sus latas mientras hacía una llamada por celular. Me mira y me dice qué hubo soy Ángel. Yo pensé que me hablaba a mí, pero hablaba por teléfono. Estoy en el pavo, envíame tres gramos te pago seis mil pesos, le exigió el amigo. Entonces qué mi broder, dijo. Ángel, le dije, dile que traiga un gramo más yo pago. Y el amigo corrigió el pedido. Traéme cuatro gramos. Listo. Y nos quedamos conversando con su gallada que todos eran metaleros, vestidos de negro y púas, las chicas tarrajeadas de base y delineadores negros. Botas, yo era el único 'normal' en su grupo. Y me integraron a su mancha. Eran una banda de rock trash metal y tenía show en un par de horas muy cerca de ahí. Entonces me fui con ellos apenas llegó el pase y me dieron la bolsita que correspondía para mí, para olvidar a la perra pereirana que me trajo hasta ahí y me dejó en la calle. Pero en la calle encontré a los verdaderos amigos. 
El concierto estaba repleto de gente extremadamente rara, todos de negro. Algunas bandas imitaban por ejemplo a los Misfits, otros a los Kiss, había punks con los pelos de punta, gente con aretes en los lugares menos imaginados. La pareja de Ángel era intensamente blanca e grandiosamente obesa. Me observaba con desconfianza porque era el único que no vestía como ellos. Tampoco era de ahí. El concierto ya había comenzado y la banda de Ángel tocaba como a las tres de la mañana. La novia me preguntaba que qué hacía ahí, que a qué vino a Pereira. Mientras el sonido del local reventaba de tambores hardcore, la gente pogeaba en señal de disfrute. Íbamos rotando un vaso de aguardiente mientras la banda se activaba con la coca. Ángel era como el líder de esa mancha de metaleros, cada uno tenía su forma de meterse la droga. uno abrió su bolsa con los dientes y con una llave fue sacando el material para luego acercar la punta a la nariz. Otro desató el nudo de la bolsa y con los dedos fue disolviendo la piedra, hasta que acercó la bolsa a su nariz y dejó caer una buena parte, una para cada hueco nasal. La novia echó toda la bolsa en su vaso de trago y lo bebió en seco y volteado. Antes de subir a tocar Ángel ya estaba llamando al diler nuevamente. También me apunté en la gestión. Y cuando fue el turno de la banda me senté junto al bombo de doble pedal. Ángel era el baterista pero también era el líder de la banda, que se llamaba Ángel de muerte. 
Así lo conocían a Ángel, como Ángel de muerte. Hincha del Nacional de Medellín, llevaba tres marcas de puñalada en la espalda, habia sobrevivido a ataques mortales. 
Ángel vivía cerca al río Pereira, una zona marginal similar a una favela brasilera. Ahí me recibieron mis amigos, comimos botanas y combinamos cerveza con perico. Escuchamos música que yo les mostré y nos fuimos a una sala de ensayo para hacer un jamming. Ángel primero tocó la batería y luego el bajo, en ambos casos su forma de tocar era rústica, como si fuera un troglodita, por ratos parecía Cliff Burton. Yo les mostré dos canciones que le volaron la cabeza, primero mejor no hablar de ciertas cosas, de Sumo, y luego la canción de Almodovar la coca me ha vuelto loca. Nos quedamos tocando esas dos canciones una y otra vez. Luego nos fuimos al bar el pavo, y seguimos hablando de cualquier cosa mientras llegaba el hombre con las bolsitas. Angel era una celebridad en el bar, todos lo saludaban y le preguntaban por sus bandas, porque tenía varias. Y luego me presentaba como su amigo peruano. Y me invitaban cerveza, cigarrillos y cucharadas de polvo. Un pelado partió un pedazo de chicle y me dijo toma te invito ácido, y mientras masticaba la goma un liquido surcaba mi garganta. Me fui sintiendo como en casa. (CUPIDO EN EL INFIERNO)

miércoles, noviembre 23, 2022

EL ARTISTA DE LA FAMILIA



Mi tía Cecilia siempre llevaba a mi tía Angelita a mis presentaciones. Entusiastas seguidoras de mis historias, me compraron mis libros y siempre les agradecí el apoyo. No tengo palabras que ofrecer.




jueves, noviembre 10, 2022

lunes, octubre 31, 2022

LA GRAN TRAGEDIA DE ALIANZA LIMA


Ayer jugó Alianza y ganó en Matute con su gente. Pero en el camino, por la avenida Cuba, tres barristas blanquiazules fueron asesinados a balazos. Al parecer, las tres víctimas mortales carecían de antecedentes policiales por los cuales se le pueda atribuir un ajuste de cuentas. Lo cual no significa que dentro de este volúmen de fanáticos albergan delincuentes de todo tipo. Desde requisitoriados por violación sexual hasta sentenciados por secuestro y sicariato. Todos forman parte de una cultura marginal que se agrupa cada vez que juega Alianza Lima. La pasión los une, pero es una pasión insana, se intoxica de violencia y resentimiendo.
Yo escribí un cuento en el año 99 titulado Barrunto, inspirado en la muerte en Alianza Lima, en ese momento el capitán de Alianza Sandro Baylón murió en un trágico accidente en la Costa Verde. Ahí también había muerto en un accidente mi tío Cucurucho Rojas. Y antes, ya en el mar, pero en Ventanilla, todo el equipo había muerto en un accidente.
Entonces creí que era algo que podría identificar al Alianza Lima: la trágica muerte. 
Por eso cuando hice una fórmula narrativa con Barrunto se hizo tan sólida que ahora prevalece en tiempo, como si lo hubiese escrito ayer: un hincha de Alianza va a un clásico y no regresa. Como Sandro Baylón cuando salió expulsando en el último partido de su vida. O como Walter Oyarce que fue a alentar a su equipo en el lugar equivocado y fue aventado al vacío muriendo al instante. 
Yo pensaba que la muerte solo aparecía cuando pierde Alianza. Pero ayer ganó y campeonó. Y mientras todos celebraban el triunfo, se certificaba la muerte de tres hinchas baleados por una absurda trifulca.

Es una realidad que se da en todo el mundo, donde el fanatismo se involucra con el odio.

La semana pasada Alianza jugó de noche en Matute y fui solo en taxi. En el camino el conductor me dijo que él conocía La Victoria, porque ahí vivía la mamá de sus hijos y de ahí mismo venía. También me contó que en sus años adolescentes fue líder de una barra aliancista. Pero se tuvo que abrir. Como vio que yo bebía unas cervezas en lata entró en confianza y contó los motivos: 'le di vuelta a un huevón', me dijo.
Y mientras íbamos hacia el estadio me detalló como mató a un barrista de su propio equipo. Él no usaba pistola ni machete. Usaba cadena y cuando lo atacaron por atrás hizo una maniobra que anudó el cuello de su rival y lo descolgó de un puente. La asfixia fue fulminante. Pero su explicación fue más realista: 'se agarró el cuello pero dejó de moverse el conchesumadre'.
Luego vino un calvario porque se tuvo que 'borrar', anduvo escondido en casa de familiares hasta que ingresó al servicio militar y se plantó. No volvió a La Victoria en ocho años.Y ahora a sus hijos no les deja ponerse la camiseta, jamás. Por más amor que le tiene a la blanquiazul, no va a permitir que sus hijos sean barristas como él.

Cuando el cineasta Mauricio Franco me propuso en el año 2002 llevar Barrunto al cortometraje, no pensé que iba a tener tanta relevancia. El libro había salido hacía un año y algunos exabruptos míos en televisión hicieron llamar la atención. Para ese entonces, entre los convocados estaba el actor Emilran Cossío, que para ese entonces nunca había ido a un partido de fútbol. Interpretó a Juanjo, el hermano de Yimi, hijos de María, viuda y con problemas para llegar al mes. Son como Caín y Abel, uno representa el mal, el otro el bien. Pero se unen por dos cosas, el amor de una mujer y el partido Alianza U que define el campeonato nacional. Juanjo accede a ir al clásico con su hermano y uno de ellos muere.
El cortometraje Barrunto obtuvo en el 2004 el premio mejor cortometraje de ficción. Pero al tiempo, Emilran Cossio apareció en la serie Misterio, como un integrante de la barra de la U. Se fue a la U como Juan Reynoso en el 93 que dejó el club siendo el capitán, dejando un olor a traición.

Para el 2023 se estrenará Barrunto, la primera ópera salsa inspirada en fútbol. Escrita y dirigida por Herbert Corimanya.