sábado, julio 30, 2022

UN DÍA FUIMOS KIDS



Los años me han dado una paliza / no solo me siento viejo sino que la maquinaria funciona en baja calidad / como un auto / como los nissan sentra que duraron todos los noventas en Perú / pensaron que eran inmortales / nadie es infinito / hace mucho tiempo que no toco una guitarra / pero me invitaron a cantar unas canciones en una fiesta / era en Breña, en la azotea de un edificio antiguo / el cartel indicaba que iban a tocar como diez artistas, incluído Los Viejitos de Barrón / pero la banda ya no existe / quedó enterrada en una gaseosa ansiedad / culpa mía obviamente / pero igual el show no puede parar / confirmé mi presencia / pero hacía frío / el organizador es un cantante muy exitoso, me conviene cumplir con las invitaciones aunque hace mucho tiempo que dejé de ir a fiestas, a bares y burdeles, a cocteles o cenas, me autoexilié en mi propio mundo y así quiero llegar al infinito / . / . / Pensé que había llegado tarde a la fiesta porque me dijeron que era vespertina / pero fui el segundo en llegar / la primera era una gorda loca que no paraba de preguntar quién tenía drogas / recalcaba también que no tenía dinero y le debía mil soles a la señora de la bodega por margaritos que tomaba de lunes a viernes / porque era un teletrabajo y se la podía pasar borracha / me dijo que tenía un diler a la otra cuadra a veinte soles tres por cincuenta / habla / yo tenía tres o cuatro pastillas en el cuerpo más la resaca de dos sesiones cerveceras recientes, el hígado ya no me respondía y no quería sonreír / . /  .  /  .  /  la gorda pulseaba / era novia del dueño de la azotea y propuso hacer un trago de vodka con alprazolam / era un lugar ideal para filmar un corto de Ribeyro / decadente pero libertario / se podía fumar y había baño con agua / Yo no había llevado ni guitarra ni uña / solo la máscara y mi poemario 'cancionero inutil', que escribo a mano hace mucho tiempo / . / . / pensé que podría hacer el show pero la verdad que el frío me mataba / tomé unas cervezas y me colgué / al rato llegaron los barman y un par de gente andrógina / uno dijo que por la Brasil tenía un caño que tenía tuza de tres colores / distintos precios / a la gorda se le vino la ilusión / me llega al pincho la música de bizarrap / había como 50 músicos, tres mujeres incluyendo a la gorda drogona, una batería electrónica / y yo que ya me quería ir, iban a dar las 11 de la noche / ya no podía más tenía tres horas ahí en una azotea polvorienta lleva de chicos con raros peinados nuevos / . / . / . /  yo había ido buscando amor porque ya estoy harto de los likes / y que la verdadera historia no sea una 'history' de unos cuantos segundos / yo duro un poco más / mis parejas que han sido bien pocas han estado conmigo máximo dos años / después me expectoran echándome la culpa de todo / pensé que en la fiesta podría encontrar a alguien pero las dos chicas bonitas estaban copadas y yo no podría atreverme a acercarme por timidez / terminaría aburriéndola con mi silencio y mi gesto adusto / ya es histórico eso / cuando le dije al organizador que no podía tocar que ya me tenía que ir, insistió en que intente hacerlo / pero ya las fuerzas me habían copado / me disculpé, como me disculpo por cada cagada que hago 24 siete / y me fui / mientras bajaba la gorda me dijo ya broder, veinte soles por cabeza y voy al toque traigo un brown sugar / ya le dije loquita, le di los 20 soles y me quite / . / . / . / Estuve varios días llamando a mi ex a pesar que su marido podía pescarle los mensajes / comenzamos a salir pero sin recordar el pasado / igual de amante no podría pasar porque sus hijas no me podrían ver / después de la despedido que hubo, con policías presentes en su casa, no vendría bien que me vuelvan a ver nunca más / conversando mientras tomábamos unos tragos me dijo que la mayorcita le había preguntado qué pensaría si a ella le gustaban las mujeres / no pasaba de once años y en el colegio habían venido con la onda LGTB / entonces la niñita estaba multicolor recontra feliz con su nuevo interés de ser libre / su madre le dijo que bueno que estaba bien / que igual prima el cariño y el amor a la persona / luego vino la menor  a preguntarle que qué le había dicho la hermana mayor / qué te ha dicho ? Le dijo una revejida / su madre no le quiso decir nada pero insistió tanto que le terminó diciendo / ya sabía, le dijo al escucharla / pero no te preocupes mamá / mi hermana está confundida nada más / se le va a pasar / . / . / toda esa descarga me dio mi ex por intentarme acercar a ella  y pensé que por ahí no estaba el amor que yo buscaba / . / . / igual no me volvió a hablar /  .  /

Cuando no tenía internet en mi casa iba a una cabina / entonces creé un blog y me volví cibernovio de una colombiana de Pereyra / Diez años después de conocernos virtualmente, fui a Colombia a la búsqueda de mi amor / Pero al llegar nos miramos y no pasó más / terminamos peleando y me quedé un mes en su ciudad sin verla más / tuve que volver a empezar, hacer una agenda de escritura y entrevistas / comencé a ir a la iglesia y me sentaba a pensar / en qué había fallado ? / acaso no era lo que yo buscaba al venir ? / Atribulado de tristeza caminaba cerca de la iglesia cuando conocí una niña de 17 años que parecía de un poquito más / era blanca con pelo negro y lentros grandes / narcisa porque vestía de negro / fuimos a ver a la sinfónica de Cali en la iglesía / luego llegó su mamá y me habló claro / que si no me iba llamaría a la policia / regresé a Lima descorazonado / pensando que jamás encontraría a alguien que me acompañe en mi vida / La colombiana, cuando se enteró por redes que ya había vuelto a Lima me comenzó a hablar de nuevo / me dijo que quería seguir siendo mi cibernovia / pero no mi novia presencial / Ella también buscaba el amor desde muy joven / a los quince se comenzó a cartear con un preso / por alguna invitación parroquial, le envió una carta a un preso y éste le respondió / entonces comenzaron a cartearse / a conocerse por escrito / cuando la colombiana consiguió la mayoría de edad decidió que quería conocerlo en persona / él ya no estaba en la cárcel / su sentencia por narcotráfico había caducado / estaba en Estados Unidos y tenía familia, le advirtió el expresidiario / Ella fue a verlo y se reunieron en un café / le entregó una caja con todas las cartas que tenía con él / pero su pareja epistolar desconfiaba de su puro amor / presentía que tenía que ver con su pasado mafioso / aunque fue cortez, mostró poco interés por recibir el puñado de escritos en papel foliados / el ex presidiario era una suerte de cibernovio pero de la era pasada, de papel y por escrito / un novio de tinta / y yo luego fui su cibernovio aunque más quedó en ciberamigos / . / . / . /  
Siempre tengo mi último recurso / con ella si llevamos años con intervalos en los que tuvo a sus hijos / la última le copa el tiempo / no sabía cómo decirle que la quería ver / ir a un hostal como antes, ver porno y alucinarnos protagonistas / pero cada vez que le insinuo se molesta y me cuelga / o me bloquea / le escribí un mensaje diciendo que había soñado con ella y con su hija / mientras le daba de lactar me ponía del otro lado y lactaba yo también / como si fueramos dos cachorros y ella la matrona / me mandó a la mierda y me dijo que me haga ver porque tengo el autoestima hasta las huevas / Yo solo pienso en la forma de encontrar el amor pero siento que he puesto a cupido en el infierno. 

miércoles, julio 27, 2022

jueves, julio 21, 2022

miércoles, julio 13, 2022

CÓMO COMPRAR UN LIBRO DE JUAN JOSÉ SANDOVAL


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sábado, julio 09, 2022

MADRE MATILDA, 1997


viernes, julio 08, 2022

ENRIQUE ESCARDÓ VALLEJO-GALLO





Estimado Héctor, recibe por esta vía mi más sentido pésame por la pérdida de tu señor padre. Mi papá, Carlos Sandoval Aliaga, me pide apoyo para ofrecer unas palabras sobre don Enrique Escardó Vallejo-Gallo. Tal vez mi padre por tratarse de un hombre vinculado a los números, a los temas contables y tributarios, se le hace difícil expresar su testimonio. Pero debe mencionarse que mi padre, en algún tiempo fue columnista de la revista Gente, además de gerente. Su espacio se llamaba 'Bufete Tributario' y hablaba de impuestos, por lo que don Enrique una vez catalogó la columna como la más leída de la revista. Pero no se trataba de que había una legión multitudinaria de lectores, sino que el texto era inentendible, por lo que había que leerlo varias veces para entenderse.
Entiendo por historia que durante la época en que mi padre fue gerente general, la revista tocó picos históricos en la prensa peruana. Mi padre conoció a don Enrique durante la dictadura militar en los setentas. 'Henry' era gerente de publicidad del diario Expreso, y 'Charly', mi padre, era comisionado de la junta de auditoría de los medios de comunicación. Entonces coincidieron en algo: ya no querían trabajar para alguien, querían ser independientes. Uno fundó su revista y otro fundó su estudio contable. Y se hicieron aliados estratégicos. Y lo que lograron después con la distribución de grandes obras universales simplemente reventó el mercado.
Deba saber Héctor, que yo, siendo periodista, descubrí el periodismo en la oficina de contabilidad de la revista Gente. Pues estudiaba la carrera contable, cargando una tradición profesional que mi padre había fundado en la familia. Y ya en sexto ciclo en la facultad de económicas, me fui de practicante de mi padre en la oficina de contabilidad de la revista. La oficina quedaba en el primer piso y desde el primer momento me atrajo el tercer piso. Allá adonde subía la gente extraña, donde una vez de chico vi a Mario Poggi con un saco rojo fumando una pipa. Entonces entendí que mi futuro no estaba en el primer piso, en la oficina contable, sino en el tercer piso: en la redacción de la revista Gente.
En mi experiencia en la revista, como periodista, pude conocer todo: lo bueno, lo malo, lo feo y lo más feo. Una escuela magistral para lo que hoy en día digo que soy, un narrador de historias. En Gente fui practicante de redacción, redactor, jefe de redacción, columnista y agente comercial publicitario. Las cosas que hice después en mi trayectoria, como la revista Urbania y el programa que hoy conduzco, Tecnología & Negocios, le deben muchísimo a don Enrique Escardó Vallejo-Gallo. Un hombre que no hablaba, rugía. Tenía una intensidad que lo hacía un personaje digno de novela. Amigo y enemigo. Frontal y sentimental. Certero pero lo que más destaca es que fue siempre visionario, innovador. Si en estos tiempos estuviese trabajando se le denominaría 'disruptivo'.
No tuve mucho contacto con don Enrique la verdad. No tuve el honor de haber recibido alguna reprimenda que en realidad eran las puteadas más salvajes, más que una sola vez, cuando era jefe de redacción y me tocó ir a Santiago de Chile a un tour de prensa, luego de que toda la semana había cometido una ráfaga de errores que lo habían puesto realmente de mal humor. Ya era mayor yo, pero me eché a llorar como un niño. Nunca había visto un volcán humano. Mi gratitud va por eso también porque esas cosas con las que a uno lo curten en el futuro.
Don Enrique le agradezco haber visto gigantes mediáticos como Augusto Ferrando. Yo recién era practicante y el jefe llegó gritando: saquen las cámaras!!!! Augusto Ferrando está a aquí. Y lo vimos desde el balcón entrar y cuando el fotógrafo, Guzmán, un grande del periodismo, le tomó la foto cuando Ferrando una señal de muerte, pasando su índice por el cuello. Y esa fue nuestra portada de esa semana. Tantas imágenes. Tantas fotos. Don Enrique se jactaba de ser 'el potógolo del Perú', porque sus portadas eran suculentas. Un grande. Gigante. Mi mayor gratitud. Juan José Sandoval