De: Carlos Lavida
Para: Cesar Santivañez / JJ Sandoval
Amigos, les escribo a uds porque me preocupa que no hayan leído la novela. La culpa es en realidad de la imprenta que tienen trabajos en cola y lógicamente atrasan todo. Lo terrible es que mañana es la presentación y la idea es que tengan la novela para el medio día. Yo mismo me encargaría de alcanzárselas en donde sea que estén apenas la imprenta se digne en entregármela.
Si la novela llega muy tarde a sus manos tienen la libertad de hablar sobre el tren, o mi trabajo, o lo que consideren relacionado al tema. Yo mismo aclararé en la presentación las dificultades de la imprenta, sin hacer mala leche , de cualquier modo el tren eléctrico sufrió los mismo inconvenientes que esta publicación.
¡Gracias a los dos!
Carlos Lavida
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son ironias de la vida. y tambien de la muerte, o al menos de tener ganas de morir. hay muchas circunstancias que lo llevan a uno al intento de suicidio. la frustracion, el estres. en suma. el pais. el hogar. las combis. el tren. yo creci con el tren al frente. ahora en las noches paro debajo del tren drogandome con mis amigos. hace un año me invitaron a una feria del libro en huancayo y asisti encantado. jamas pense que tendria que pasar tantas penumbras dia tras dia, cuando veia que mi libro no salia. que llego el dia de que me tenia que ir a huancayo y me dieron veinte ejemplares pegados, fotocopiados, autopirateados. asi me fui a huancayo y me senti muy feliz. comi trucha. bebi pisco y respire aire puro. luego, de vuelta, se murio mi abuela, pero ella llego a ver pasar el tren electrico. y su muerte me deprimio, pero mas fue que el libro no salia, y pasaban los meses, las semanas, los dias, las horas, los segundos, la nano frustracion que palpitaba.
antes de que acabe el año decidi acabar con mi vida.
me tome cien pastillas y deje una nota y un mail a mi editor. le decia que todo era culpa de el. y en mi nota tambien puse que lo hacia por culpa de mi editor.
mi vieja me encontro con espuma en la boca. me llevaron a emergencia y me hicieron lavado gastrico. luego me llevaron a dormir pero cuando desperte recorde quien era, que habia ocasionado mi largo sueño. y comence a romper las cosas, mis venas, los vidrios, la sangre. entonces todos mis vecinos aparecieron en mi cuarto, como si me velaran en vida. y junto a ellos unos energumenos de blanco, con sogas, inyecciones y mucha seriedad.
apenas me desamarraron rompi no se que cosa dentro de la ambulancia que luego se la cobraron a mi hermano. mi hermano tambien se tuvo que pagar una operacion a la nariz porque le meti un cabezaso violento. entonces me amarraron como tupac amaru un dia, dia y medio. pedi que me soltaran. que era un escritor, que no podia estarme pasando esto. y un doctor cachoso abria una ventanita y me decia que ahi me iba a quedar unos dias mas. luego me dijeron que estaba en el hospital noguchi. ahi vi el partido de peru chile en santiago. que quedo cuatro dos. luego, cuando me iban a llevar al hermilio valdizan, mi familia decidio internarme en una clinica privada. adonde llegue una tardenoche en un taxi, tambien amarrado. cuando me preguntaron quien era les dije que era escritor, y los colegas, drogadictos de asia, ludopatas del atlantic, jugadores de pocker, de ajedrez, bulimicas, adictas al sexo, niños violados con inclinaciones femeninas, negros pastrulos, grandes amigos que uno conoce gracias a su editor.
los sicologos comenzaron a averiguar quien era yo y comenzaron a tocarme la puerta a cada rato para que les cuente historias o les cuente los libros que habia escrito, a donde habia viajado, pero yo estaba retirado de todo, meditando por que un simple fracaso editorial, una simple estafa de imprenta, habia querido morirme igual que mi abuela.
en medio de mi internamiento, que duro unos cuantos meses, mi mama me conto que el editor habia aparecido por la casa dejando unos paquetes de libros. los libros me los llevo a la clinica y mis primeros lectores, mis primeros autografos fueron para mis compañeros, para mis sicologos, para mi siquiatra.
en las semanas que estuve fuera de orbita tome mucho mas pastillas que las que me tome para querer morir. y ahora he perdido la cuenta porque llevo mas de un año de tratamiento.
en julio de este año recien pude presentar mi libro en la feria. el litio me ha engordado un poco. ya no lloro.
la otra vez mi editor me pregunto, en su tienda, que por que habia intentado suicidarme. por huevadas, le dije. por huevadas.