ojo. a estas alturas, estoy totalmente seguro de que aquí no habita nadie. creo que hasta la directora huyó despavorida. no estoy muy seguro de haber sido el causante de este desierto. ya les dije -hace tiempo- que lo único que buscaba aquí era amor.
primero fue el invierno. luego el infierno. de ahí, toda una gama colorida de sufrimientos. juro haber derramado una que otra lágrima cuando imploré compañía. los ecos desesperados me jugaron una mala pasada. me tocó bailar conmigo mismo, algo peor que bailar con la más fea de la fiesta.
cuando crucé los límites de la cordura asumí un papel importante para el mundo, el de bufón. entonces, me dediqué a hacer reír pensando que así me hacía feliz. fui venciendo mis temores hasta que logré sacar lo mejor de mí, que en ese tiempo era la palabra. jugué con todas las letras, me enamoré de las esdrújulas, de los triptongos y sobre todo de los escupitajos. fui alcanzando madurez tal, que en el momento de darme cuenta que estaba solo en esta oscuridad, nomás me quedó seguir hablándome a mí mismo. hasta siempre.