De noche, en la oscuridad de un garage metalero, cinco individuos se volvieron a juntar después de quince años de haber vivido muchas experiencias como banda de rock de secundaria. La visita de uno de ellos, radicado en España, fue la excusa para que luego de unos mails, tomar una hora de ensayo e intentar tocar algunos temas de los noventas. Ninguna salió completa, nunca se pudo terminar el tema de forma correcta, pero la intensidad y la química que circuló años atrás surcó por algunos minutos de pequeña gloria.
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A pesar de que los cinco tenemos similares oficios, nunca hubo un encuentro así. Se rememoraron temas de guns n roses, metallica, skid row, poison.
Me parece que ha sido una manera peculiar de tener nuestra experiencia con los recuerdos buenos.
Terminado el encuentro, todos volvimos a nuestras propias actividades, nuestros propios universos. Está el proceso de pasar unas cintas de vhs de algunos conciertos que hicimos por el 93 y 94, en pubs llenos de ilusión, con mucha sed de bulla.
Las distorsiones volvieron al máximo nivel, como antes, cuando nadie sabía regular nada. Volvió la anarquía del sonido.