miércoles, enero 23, 2013

TREN DE FICCION



yo creci paralelo al tren electrico, en gerona, una calle de surco que limita con surquillo, que en los ochentas se llamo villa coca, porque aqui vivio reynaldo rodriguez lopez alias el padrino, y yo estuve cuando su casa exploto y de donde salio un hombre carbonizado que apenas toco el asfalto salio huyendo. sobre el tren, entre la avenida villaran y aviacion, habia un mercado con dos filas de puestos de verduras, pollo, salchipapas en las noche, gente que dormia ahi, locos parroquianos, meones, prostitutas y sangucheros. asi estuvo el mercado mas o menos diez años, commpartiendo los bloques de cemento que se habian construido no se sabia para que. luego, a los mercado los sacaron, ellos compraron una casa de aviacion y armaron su propio mercado, por la legal, y dejaron limpio esos bloques inservibles de cemento. recuerdo que en san borja a alguien se le ocurrio pintar los bloques, aprovechar los muros y decorarlos. algo asi como ponerle una cereza al fracaso. luego se murio mi abuela, y me di cuenta que desde su cuarto se veian los bloques del tren. antes de irse al hospital y dejar su habitacion, la cual fue invadida de inmediato por mi, el tren comenzo a pasar haciendo un suave ruido a modernidad. ahora veo el tren pasar lleno de gente y me pregunto si la gente me ve, si la gente sabe que me masturbo sentado en mi cama mirando la ventana, o si me talqueo el cuerpo cuando me voy cambiando. siento que el pasar del tren es como si fuera una pequeña escena de alguna pelicula de woody allen. una vez vino mi hermano de visita, el vive en eeuu y ha viajado por todo el mundo. se quedo en mi cuarto y vio pasar el tren. manya, parece japon. me dijo. yo creo que algo asi habra visto alan garcia antes de maquinar su maldicion contra nosotros.

Publicado en el libro Tren de Ficción de Carlos Lavida. 2012.