miércoles, marzo 15, 2006
De cuando Sapito Hinchado no se quería bañar
A Sapito Hinchado no le gustaba bañarse porque decía que el jabón le daba
picazón y no soportaba rascarse todo el cuerpo. Cuando su mamá Sapito le
preguntaba en las mañanas si se había bañado, éste le respondía:
- Sí, mamá. Como todos los días.
Al tiempo, su mamá se dio cuenta que Sapito Hinchado llevaba grandes manchas en
la cara.
- Sapito, ¿te bañaste hoy? -le preguntó su mamá Sapito, muy preocupada.
- Sí, mamá. Como todos los días -mintió el Sapito.
Pasaron los días y su mamá vio que Sapito Hinchado llevaba grandes costras de
colores en el cuerpo. Algunas tenían pelos y se movían como medusas.
- Sapito, ¿te bañaste hoy? -le preguntó su mamá Sapito, más preocupada
aún.
- Sí, mamá. Como todos los días - volvió a mentir el Sapito.
Las manchas y costras de suciedad de Sapito Hinchado fueron creciendo tanto que
les comenzaron a crecerles bocas hambrientas. Entonces, algunas se movían como
medusas, y otras no paraban de hablar.
- ¡Somos los cochinos y venimos a comer! - Gritó una boca.
- Sí, ¡te vamos a comer! - Gritó otra medusa.
A Sapito Hinchado se lo iban a comer: primero, le echaron limón en el cuerpo.
Luego, un poco de sal.
En eso fue que la mamá Sapito escuchó un ruido y fue en busca de su hijo.
Sapito Hinchado estaba a punto de ser almorzado por sus costras y manchas cuando
su mamá le volvió a preguntar:
- Sapito, ¿estás seguro que te bañaste hoy? - Le preguntó angustiada.
Sapito Hinchado quiso decir que sí, como todos los días. Pero una boca de su
cuerpo le amenazó:
- Sapito, si no te bañas, te comeremos.
Entonces, Sapito Hinchado no tuvo otra que confesarle a su mamá que hacía un
año que no se bañaba porque decía que el jabón le daba picazón y no
soportaba rascarse todo el cuerpo. su mamá Sapito entendió, y lo bañó con
una escobilla de ropa que fue sacando las manchas y las costras de su cuerpo.
La última boca que salió del cuerpo de Sapito Hinchado, le dijo:
- Sapito, si no era por tu mamá, te comíamos con limón y sal.